Cuando realizamos ejercicio físico con cierta regularidad los resultados son visibles. Nuestro cuerpo experimenta cambios y nos encontramos en mejor condición física, pero no hay que olvidar algo muy importante y es cómo incide el deporte en nuestro estado anímico.
Tras cualquier práctica deportiva, nos invade una sensación de calma y tranquilidad. Aparece en nosotros un estado de satisfacción y alegría por el trabajo bien efectuado. Todas estas consecuencias no son fruto de la casualidad, sino que responden a un proceso químico que experimenta nuestro organismo durante el cual libera unas sustancias conocidas como endorfinas.
Estas sustancias también son conocidas como la “Hormona de la Felicidad”. Cuando el deporte se convierte en un hábito, se libera una gran cantidad de endorfinas y se produce un placer continuado en la persona llevando a considerar la práctica deportiva como una necesidad puesto que los resultados experimentados son muy beneficiosos.
En definitiva, afrontamos la vida de manera más positiva, relativizando los problemas y viendo el lado bueno de las cosas.
Entrenadores personales y profesionales del fitness recomiendan, por tanto, practicar deporte con asiduidad ya que destacan de él componente psicológico y cómo puede llegar a facilitar nuestro día a día.
Debido a la gran variedad de deportes existentes en la actualidad, resultará aconsejable practicar el que más nos guste porque de este modo será más fácil comenzar y más rápida nuestra adaptación.
Aquellos deportes que impliquen una mayor resistencia liberaran más endorfinas puesto que se tratarán de entrenamientos más prolongados. Es por ello que serán los más demandados.
De todos modos, hemos de tener en cuenta que no podemos marcarnos todos los mismos objetivos a nivel deportivo, hemos de ser conscientes de nuestras limitaciones.
SOBREENTRENAMIENTO Y SUS CONSECUENCIAS
Tal y como comentábamos, cada uno debemos escoger aquel deporte con el que más disfrutemos, pero a la vez siendo conscientes de nuestra condición física y no queriendo realizar algo de lo que no somos capaces. Si se da este caso, el deporte dejará de ser nuestro aliado y será contraproducente para nuestra salud.
En este momento las consecuencias pasarán a ser negativas, produciendo en nosotros una sensación de mal humor, cansancio y las ganas que antes teníamos de ejercitar nuestro cuerpo irán poco a poco desapareciendo.
Nuestro estado anímico dará un vuelco y pasaremos de un estado de bienestar a otro de nerviosismo e inestabilidad emocional. Nos encontraremos más irritables, inquietos, faltos de concentración, con desgana, poco concentrados, etc.
Por tanto, practicar deporte con asiduidad y siendo conscientes de hasta dónde podemos llegar, mejorará nuestras vidas de manera considerable. Hemos de saber escoger aquellos deportes que más beneficios nos reportan y practicarlos de una manera regular pero sin abusar de ellos, ya que si no nos encontraríamos con unos efectos no deseados. Trabajando del modo adecuado, nuestro estado anímico mejorará y nuestro bienestar se verá incrementado.