El deporte, como siempre hemos hablado, resulta saludable y muy beneficioso para nuestro organismo aunque hemos de tener en cuenta que ha de ser de un modo controlado, ya que en exceso podría convertirse en algo perjudicial para nuestra salud.
A la orden del día se encuentran esas temidas agujetas que aparecen tras una práctica prolongada de ejercicio, molestias normales y que desaparecen en unos poco días. Tendremos que tener especial atención en aquellos momentos en los que hagamos un gran sofreesfuerzo porque es ahí cuando las consecuencias pueden ser fatales y darse la rabdomiólisis.
No puede considerarse una enfermedad en sí misma, sino que sería un síndrome originado por diversas causas que enumeraremos y explicaremos brevemente a lo largo del artículo.
¿Qué es?
Este síndrome es causado por una lesión muscular que tiene como resultado la ruptura de fibras musculares (generalmente afecta a la musculatura de espalda y también los gemelos). Cuando el musculo se daña, la mioglobina se filtra por los riñones donde desprende compuestos tóxicos que pueden ser perjudiciales para estos causando muchos daños a los mismos como necrosis o insuficiencia renal.
SINTOMATOLOGÍA Y CAUSAS
Algunos de los síntomas iniciales que se pueden sufrir son fiebre, vómitos debilidad muscular. Ya hemos dicho que los músculos más afectados suelen ser los gemelos entre otros.
También como hemos nombrado puede producir una insuficiencia renal o una necrosis aguda.
Un error común es confundir esta dolencia con unas simples agujetas, ya que en un principio parece muy similar.
Notaremos debilidad muscular, dolor aunque de un modo mucho más severo y con una limitación notable de nuestros movimientos.
Poco a poco podemos notar que va a más, llegando a padecer insuficiencia cardíaca y arritmias. Una consecuencia muy visual sería el oscurecimiento de nuestra orina.
Aunque hemos comentado unas de las causas de la rabdomiólisis relacionadas con el mundo del deporte, pasaremos a describir otras de gran importancia:
- Daños musculares provocados por congelaciones y quemaduras.
- Procesos infecciosos.
- Consumo de alcohol (con estremecimiento muscular)o drogas (por ejemplo cocaína, anfetaminas, heroína)
- Tensión muscular
- Poca tolerancia al calor
- Lesiones producidas por aplastamiento de determinados músculos como consecuencia de un accidente.
- Escalofríos
- Esfuerzo muscular extremo.
TRATAMIENTO
Un diagnóstico temprano seria la clave para evitar estos daños.
El tratamiento suele ser conservador y no requiere de ningún tipo de tratamiento médico continuo o pesado salvo en casos extremos
Uno de las soluciones para prevenir este síndrome más adecuado sería una buena hidratación. Esto, podría ayudar al riñón a expulsar la mioglobina de los riñones. Normalmente puede ser muy eficaz la colocación de suero para administrar estos líquidos por vena.
La medicación en estos casos suele ser diurética además incluye también el bicarbonato para reducir todos los efectos tóxicos o nocivos de la mioglobina.
Como hemos dicho anteriormente, empieza a manifestarse de forma muy similar a las agujetas por lo que sería muy recomendable acudir a un médico para que pueda evaluar nuestro estado.
Detectado a tiempo no reviste demasiadas complicaciones.
Mediante una resonancia o una ecografía podría resultar suficiente para averiguar si realmente estamos sufriendo este síndrome.
Por tanto, lejos de abusar del deporte de manera extrema, hemos de ser consecuentes y conscientes de nuestras limitaciones. A base de entrenamiento y con paciencia podremos ir superando poco a poco esas barreras.
Lo más importante es hacer ejercicio, pero no llegar a un punto de agotamiento que pueda provocar graves consecuencias en nuestro organismo.